domingo, 3 de octubre de 2010

'Aprendí a lanzar con mi cabeza': Ernesto Frieri

Foto Luis Alberto Torres

Los Padres de San Diego fueron una de las sensaciones de la temporada regular que acabó este domingo. No lograron avanzar a la postemporada. Al final bajaron en picada el rendimiento. Sin embargo, la regularidad del resto del año les permitió acabar con marca 90-72, dos victorias menos que los campeones de la División Oeste, los Gigantes de San Francisco, y una menos que los Bravos de Atlanta, ganadores del Comodín.

Una de las razones que los mantuvieron con aspiraciones de clasificar fue el pitcheo joven. Entre éste, un colombiano se destacó: Ernesto Frieri. Entró al roster para la segunda mitad de la campaña y su brazo se ganó la confianza del entrenador Bud Black.

Las garantías del colombiano se reflejaron el domingo cuando los Padres caían 3-0 contra los Gigantes en el último y decisivo juego de la temporada. Frieri, con un hombre embasado y con cero outs, salió del bullpen para mantener la diferencia y evitar que los Gigantes se escaparan más. Siempre tomó la ventaja frente a los bateadores.

Frieri se consolidó en su segundo año en las Grandes Ligas a lo largo de 33 juegos y 31.2 entradas, en las cuales registró un ERA de 1.71, 41 ponches, 17 bases por bolas, siete carreras, seis de ellas limpias, ganó un encuentro y perdió otro.

“No hemos sido muchos los colombianos en las Grandes Ligas, y menos pitchers. Para fortuna mía, soy el segundo lanzador de Colombia que actúa en las mayores (el primero fue Emiliano Fruto). Hay que seguir cosechando eso para que sean más colombianos”, expresó el lanzador derecho de 25 años, quien hizo un balance de su destacada actuación.

Terminó su temporada con éxito, ¿está orgulloso de lo que hizo?
En la parte personal, muy contento y agradecido con Dios porque este año ha sido muy bueno, he aprendido muchas cosas, he tenido las oportunidades y las he aprovechado en un 100 por ciento. El cuerpo de entrenadores y los compañeros están felices conmigo. Me han acogido muy bien. Me he ganado el cariño y el respeto por mis condiciones a la hora de lanzar. Siempre soñé con este momento y ahora por lo que tengo trabajaré duro.

¿Demostró que sí puede actuar en Grandes Ligas?

Esa era la idea. Esperé por una oportunidad y se supo aprovechar para demostrar que tengo las condiciones para jugar en este béisbol y mantenerme por muchos años. Esa es mi aspiración, continuar por varias temporadas, representar a Colombia y llevarla a lo más alto en las Grandes Ligas.

¿Qué fue lo que más aprendió?
Aprendí a lanzar con mi cabeza, no solo con la parte física, a conocer a los diferentes bateadores y a usar mis pitcheos en las diferentes circunstancias. Así son las metas de los lanzadores estrellas. Ellos son inteligentes, piensan mucho, conocen a los bateadores y ejecutan. Se sigue aprendiendo.

¿Cuál fue el lanzamiento que le dio más éxito?
Tengo un buen brazo. Con mi recta, que se mueve alrededor de las 95 millas por hora, lo que hice este año fue ubicarla bajita y elevarla cuando lo necesitaba. Tengo el cambio y la curva, pero no recurro a ellos tanto como a la recta.

¿Qué pasó con el equipo?
La novena se apagó un poco y la situación se puso muy difícil. Las cosas habían salido muy bien en el resto del año. Los rivales pusieron las cosas más duras de lo normal. Siempre fuimos muy unidos y en los últimos juegos nos olvidamos de las pequeñas cosas para unirse y conseguir el triunfo.

¿Será difícil el otro año porque ya lo conocen?
Los peloteros acá se mantienen haciendo ajustes. Cada vez que me enfrento a un bateador por segunda vez hay que ajustar, al igual que él lo hace. Por eso este deporte es tan bonito, no se basa en la rutina. Cada quien trata de ponerse al nivel de uno para batear, en mi caso para ponchar. Es difícil, pero no imposible.

¿Cuál ha sido su momento más complicado?
Cada oportunidad es bien difícil, pero trato de tomarlo con la mayor calma posible para no perder la concentración y así sacar la entrada en cero. Enfrentar a un bateador de las Grandes Ligas es complicado porque la zona de strike es chiquita. Al igual que ellos, también soy Grandes Ligas y he hecho méritos para jugar acá. Por eso encuentro la manera para salir de los problemas y conseguir los outs.

¿Qué es lo que más extraña de Colombia?
A mi esposa, a mi familia, la costa, la comida, mis amistades, dormir en mi cama, todo. No cambio a mi país por nada del mundo.

¿Espera un gran recibimiento?
No creo. El año pasado cuando llegué a la Grandes Ligas me hicieron un gran recibimiento en mi pueblo, Sincerín (Bolívar). Fue muy especial y lo llevo en el corazón. Me ha dado fuerza para continuar. Sé que hay gente en ese pueblo deseando lo mejor para mí y rezando.

Sé que hay personas en Colombia pendientes de Ernesto Frieri, no solo mi familia y la gente de mi pueblo. Se han dado cuenta de lo que he hecho y confían más en mí. Ante eso me siento más comprometido. Esto motiva y da ánimo para seguir trabajando más duro. No los puedo defraudar.

¿Qué va a pasar en la temporada muerta?
No sé. El futuro mío en alguna liga invernal depende de los Padres. Si me dan la alternativa, me gustaría actuar en Colombia. Si no actúo, descansaré mi brazo y me alistaré para el otro año.

Audio: Escuche a Ernesto Frieri



LUIS ALBERTO TORRES
Especial para Yankees a 2.600 metros
San Francisco (E.U.)
iscltorres@aol.com

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