Ir a Boston y no pasar por Fenway Park, el estadio más antiguo en las Grandes Ligas, es como hacer turismo en París y no visitar la Torre Eiffel. Así de sencilla la comparación, pues el estadio de los Medias Rojas es una 'reliquia' que forma parte de una ciudad histórica de Estados Unidos. En esa población, por solo recordar un suceso, aconteció el Boston tea party.
Boston, además de involucrarse con el proceso independentista estadounidense que finalmente se daría en 1776, ha sido un lugar de mucha tradición beisbolera. No es casual que un guía de la Universidad de Harvard pregunte a los turistas si alguien vio el partido de la noche anterior y se exprese con tristeza si los Medias Rojas cayeron. O montarse a un Taxi y que el conductor prenda la estación que transmite los encuentros, pasar por los bares y los restaurantes y en todos el televisor se encuentra encendido...
Y no es para menos que el béisbol, más específicamente los Medias Rojas, sean el diario vivir de los bostonianos. Han ganado siete Series Mundiales, terceros detrás de los Yankees (26) y los Cardenales (10); también poseen 12 títulos de la Liga Americana, los superan, de nuevo, los Yankees (39), y los Atléticos (14).
Y no es para menos que el béisbol, más específicamente los Medias Rojas, sean el diario vivir de los bostonianos. Han ganado siete Series Mundiales, terceros detrás de los Yankees (26) y los Cardenales (10); también poseen 12 títulos de la Liga Americana, los superan, de nuevo, los Yankees (39), y los Atléticos (14).
Cinco de esos anillos del 'Clásico de otoño' los conquistaron en las primeras dos décadas del siglo XX: en 1903 cuando eran los Boston Americans o Pilgrims (ese segundo nombre jamás existiría), y en 1912, 1915, 1916 y 1918 ya como los Medias Rojas.
Y pasaron 86 años, la famosa 'maldición del Bambino', para que volvieran a ser campeones. Sin embargo, en ese largo lapso los hinchas no abandonaron a sus 'patirrojos', como una religión, una creencia que de abandonarla sería una gran traición y no dejaría las conciencias tranquilas. El sueño de levantar el trofeo se daría en 2004 y se repetiría en 2007. Y siguen tan fieles, que el año pasado establecieron marca de 456 encuentros vendidos en su totalidad en Fenway Park de manera seguida. El anterior récord, 455, le pertenecía a los Indios de Cleveland.
El 'monstruo' de estadio
Precisamente Fenway Park se convirtió en 1912, cuando se inauguró, en el escenario donde pasaron cuatro equipos de los Medias Rojas campeones de esas primeras dos décadas, además de los dos de la presente. Huntington Avenue Baseball Grounds fue el primer estadio de la novena, entre 1901 y 1911.
Decir que tumben Fenway Park sería una ofensa, a la misma altura del 'irrespeto' que será ver desaparecer el antiguo Yankee Stadium. Es que tiene unas particularidades únicas que causan mucha curiosidad en televisión y al estar presente frente a ellas 'enamoran', todas, menos claramente los Medias Rojas.
Cuando se está en Kenmore Square y se va hacia la calle Yawkey Way empieza a observarse una construcción de unos metales pintados de verde, no tan grande como el Yankee Stadium, que es de mayor capacidad, 52.000 contra 37.000 espectadores.
Sin embargo, a medida que se acerca a Yawkey Way, el 'blanco y negro' predomina en la mente: en esa vía ya unos ladrillos 'armonizan', muy acordes con lo que es Boston, y hacen caer en la cuenta de que se está frente a una pieza histórica del béisbol, en la cual lo que vale es su 'esencia'.
Al dar la vuelta de nuevo se ve el 'verde', pero una estatua de Ted Williams detiene las miradas para rememorar las hazañas de este jugador. Lo mismo acontece con unos números, son los retirados de los 'patirrojos'. Todo un retroceso en el tiempo.
Al ingresar al estadio se percibe más lo viejo: corredores feos, por los que en la noche deben rondar fantasmas. En las tribunas, hay una silla muy simbólica, una roja, es The lone red seat, donde el 9 de junio de 1946 cayó un cuadrangular larguísmo de Ted Williams: ¡502 pies-153 metros!
El preciado asiento se encuentra en el jardín derecho, y en el central, en el terreno de juego, los muros forman el 'triángulo', cuya una de sus puntas está a 128 metros del home, un 'Triángulo de las Bermudas'.
Claro, ese triágnulo se nota más desde el jardín izquierdo, en el que sobresale un enorme muro de 11.3 metros, un mito, el ícono de Fenway Park: el 'Monstruo verde' o Green monster, que impide jonrones para convertirlos en dobles e incluso en sencillos. Por supuesto, por ahí también salen pelotas, tanto que pusieron durante un tiempo una malla para impedir que cayeran en los edificios aledaños. Ahora son los fanáticos quienes capturan los batazos gracias a los asientos que pusieron.
Ese 'Monstruo verde', que asusta por lo traidor que es para los jardineros visitantes, Manny Ramírez fue un 'as' en esa zona como 'fildeador', es lo más característico de Fenway Park. Ningún otro estadio en las Mayores tiene semejante 'pared'. Y no falta la historia en él, porque se construyó también en 1912, y refleja perfectamente la antiguedad con el marcador del partido que se disputa, los resultados de otros juegos y la tabla de posiciones de la División Este de la Americana. Todos esos números se cambian manualmente.
Solo una 'cerca' supera al 'Monstruo verde', el Arch Nemesis, 11.5 metros, del Sovereign Bank Stadium en York, Pennsylvania, donde actúa el York Revolution, no afiliado a las Grandes Ligas.
El 'monstruo' de estadio
Precisamente Fenway Park se convirtió en 1912, cuando se inauguró, en el escenario donde pasaron cuatro equipos de los Medias Rojas campeones de esas primeras dos décadas, además de los dos de la presente. Huntington Avenue Baseball Grounds fue el primer estadio de la novena, entre 1901 y 1911.
Decir que tumben Fenway Park sería una ofensa, a la misma altura del 'irrespeto' que será ver desaparecer el antiguo Yankee Stadium. Es que tiene unas particularidades únicas que causan mucha curiosidad en televisión y al estar presente frente a ellas 'enamoran', todas, menos claramente los Medias Rojas.
Cuando se está en Kenmore Square y se va hacia la calle Yawkey Way empieza a observarse una construcción de unos metales pintados de verde, no tan grande como el Yankee Stadium, que es de mayor capacidad, 52.000 contra 37.000 espectadores.
Sin embargo, a medida que se acerca a Yawkey Way, el 'blanco y negro' predomina en la mente: en esa vía ya unos ladrillos 'armonizan', muy acordes con lo que es Boston, y hacen caer en la cuenta de que se está frente a una pieza histórica del béisbol, en la cual lo que vale es su 'esencia'.
Al dar la vuelta de nuevo se ve el 'verde', pero una estatua de Ted Williams detiene las miradas para rememorar las hazañas de este jugador. Lo mismo acontece con unos números, son los retirados de los 'patirrojos'. Todo un retroceso en el tiempo.
Al ingresar al estadio se percibe más lo viejo: corredores feos, por los que en la noche deben rondar fantasmas. En las tribunas, hay una silla muy simbólica, una roja, es The lone red seat, donde el 9 de junio de 1946 cayó un cuadrangular larguísmo de Ted Williams: ¡502 pies-153 metros!
El preciado asiento se encuentra en el jardín derecho, y en el central, en el terreno de juego, los muros forman el 'triángulo', cuya una de sus puntas está a 128 metros del home, un 'Triángulo de las Bermudas'.
Claro, ese triágnulo se nota más desde el jardín izquierdo, en el que sobresale un enorme muro de 11.3 metros, un mito, el ícono de Fenway Park: el 'Monstruo verde' o Green monster, que impide jonrones para convertirlos en dobles e incluso en sencillos. Por supuesto, por ahí también salen pelotas, tanto que pusieron durante un tiempo una malla para impedir que cayeran en los edificios aledaños. Ahora son los fanáticos quienes capturan los batazos gracias a los asientos que pusieron.
Ese 'Monstruo verde', que asusta por lo traidor que es para los jardineros visitantes, Manny Ramírez fue un 'as' en esa zona como 'fildeador', es lo más característico de Fenway Park. Ningún otro estadio en las Mayores tiene semejante 'pared'. Y no falta la historia en él, porque se construyó también en 1912, y refleja perfectamente la antiguedad con el marcador del partido que se disputa, los resultados de otros juegos y la tabla de posiciones de la División Este de la Americana. Todos esos números se cambian manualmente.
Solo una 'cerca' supera al 'Monstruo verde', el Arch Nemesis, 11.5 metros, del Sovereign Bank Stadium en York, Pennsylvania, donde actúa el York Revolution, no afiliado a las Grandes Ligas.
Y si se va al Fenway Park, toca estar atento al 'descanso' de la octava entrada para oír el Sweet Caroline a 37.000 voces.
En fin, toda una leyenda Fenway Park, en el que su anfitrión, los Medias Rojas, deberán recibir viernes, sábado y domingo a un equipo también muy tradicional y más ganador, los Yankees de Nueva York, 26 veces campeones de la Serie Mundial, que contaron con la 'Catedral del béisbol', el antiguo Yankee Stadium, y esperan reescribir en el 2008 la historia en el nuevo escenario que lleva el mismo nombre que su antecesor.
Vayan por el camino que vayan, ojalá sea el 'camino 27', será la última parada en Boston para los Yankees en la temporada regular-2009.
Tour por Fenway Park
Sweet Caroline en Fenway Park
Let's go Yankees!
¡Todos por el camino 27!
En fin, toda una leyenda Fenway Park, en el que su anfitrión, los Medias Rojas, deberán recibir viernes, sábado y domingo a un equipo también muy tradicional y más ganador, los Yankees de Nueva York, 26 veces campeones de la Serie Mundial, que contaron con la 'Catedral del béisbol', el antiguo Yankee Stadium, y esperan reescribir en el 2008 la historia en el nuevo escenario que lleva el mismo nombre que su antecesor.
Vayan por el camino que vayan, ojalá sea el 'camino 27', será la última parada en Boston para los Yankees en la temporada regular-2009.
Tour por Fenway Park
Sweet Caroline en Fenway Park
Let's go Yankees!
¡Todos por el camino 27!
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